domingo, 16 de febrero de 2014

Día 7: Aduana y frio

Nos levantamos muy temprano, desayunamos bien, y empezamos a planear la ruta del día. La idea era ir a Puente del Inca, Cerro Aconcagua, subir al Cristo Redentor y pegar la vuelta, nos habíamos replanteado lo de Chile porque todos nos decían que era caro y que con con nuestra moneda hacíamos poco. Después de mucho pensar decidimos que con subir al Cristo ya estábamos felices. 

La ruta estuvo muy tranquila en todo el viaje, poco transito de nuestra mano y un poco mas movida la mano contraria pero no tanto. Llegamos al Puente del Inca y recién estaban armando los puestos de venta, así que miramos un poco lo que ya estaba armado y luego fuimos a apreciar el Puente. Estuvimos un rato ahi, muy lindo lugar, mucha belleza, es un lugar que uno no tiene que dejar de visitar. Luego hicimos unas compras y seguimos hacia el Cerro Aconcagua. 

Cuando llegamos al Cerro dejamos la moto e hicimos una caminata de media hora, camino sencillo que te regala unas vistas impresionantes, para los mas valientes hay caminatas mas largas, en las cuales te acercas mas al Cerro, nosotros nos conformamos con la caminata corta.  

Seguimos camino y llegamos a la entrada del Cristo, donde un hombre muy amable nos alerto sobre el camino y nos dijo todas las precauciones que debíamos tener. A medida que subíamos la moto comenzó a sentirse mas exigida, por lo cual subimos despacio, y aprovechamos para ir observando el camino que íbamos dejando, que se veía como una linea diminuta serpenteando hasta volver a encontrarse con la ruta. 
Cuando llegamos arriba había un viento tremendo, y mucho frió, mucha gente sacándose fotos, todos felices por estar ahi, un grupo de unos cincuenta ciclistas festejando por haber llegado hasta arriba pedaleando, es un lugar mágico, ubicado a 4.000 msnm, desde donde se puede ver la cordillera con muchos cerros llenos de nieve en las puntas. Estuvimos cerca de una hora ahi arriba, nos tomamos algo caliente, sacamos muchas fotos y luego comenzamos a bajar (bajamos con la moto apagada, la inclinación del camino es tal que no fue necesario encenderla.)

Almorzamos tarde, cerca de las 15 horas, y en el almuerzo decidimos cruzar a Chile, aunque sea hacer los caracoles hasta Los Andes y luego volver. Asi que comimos, y emprendimos viaje. 

Luego de cruzar el túnel fronterizo nos encontramos con la aduana, donde había alrededor de cuatro colas de autos de mas de cien metros cada una, estuvimos hasta las 17:30hs esperando para poder seguir nuestra ruta. Durante la espera conocimos a dos chilenos que viajaban en una KTM Adventure 990 y en una Yamaha Tenere XT900Z, los cuales nos ofrecieron hospedaje si en algún momento viajamos al sur, nos contaron que tienen una casa grande en donde nos podemos quedar si decimos visitar la zona en la que ellos viven. Después de hacer todos los papeles y de que nos revisen lo poco que llevábamos, pudimos seguir.

En Chile no hay rectas, hasta Los Andes fue todo el camino de curvas, una detrás de la otra, el paisaje que ofrece nuestro vecino occidental es increíble, montañas y mucho verde, toda el agua que no hay en Mendoza esta en Chile. Cuando llegamos a Los Andes cargamos nafta (4000 pesos Chilenos) y optamos por seguir hasta Viña.

Nos dijeron que el camino era todo recto, porque supuestamente  se terminaban las curvas y nos mintieron. El camino es entretenido, con centros urbanos muy seguidos, lo que provoca que uno no pueda ir muy rápido, mas aun cuando se respeta los limites de velocidad impuestos, las rutas están muy bien señalizadas y se puede encontrar a muchos carabineros haciendo controles en todo el camino. 

Nos agarro la noche y el frió, no fuimos preparados para ninguna de las dos cosas, no fuimos preparados para cruzar la frontera, pero estábamos con un pie en Argentina y otro en Chile, era una lastima no ir hasta el Pacifico. 

Llegamos al Viña del Mar cerca de las 21hs, no encontrábamos hospedaje, hasta que vimos el Hostal Von Schroeders, ubicado en Von Schroeders y Arlegui, un Hostal dentro del todo económico (22000 pesos chilenos, habitación privada con dos camas, no había nada mas). Nos dejaron entrar la moto, bajamos el equipaje que teníamos, nos bañamos, y sin decir mas nada nos tiramos en la cama y nos dormimos, estábamos cansados. 

Car se sentía mal, angustiada, estábamos muy lejos de casa, al rededor de 1400km, nunca había estado tan lejos, y ademas le choco un poco la ciudad, la gente que habla muy distinto, muchos autos, en comparación nos pareció que Buenos Aires Capital es mas tranquilo, por suerte yo estaba bien y la pude contener un poco y al otro día se le paso cuando encontramos a una pareja de San Luis en la costa Chilena.









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