domingo, 16 de febrero de 2014

Día 8: Bruma y arena

Nos levantamos temprano, estábamos renovados, descansamos muy bien. Desayunamos y salimos a caminar. Afuera parecía haber tormenta, pero la gente nos explico que era una bruma marina que hay durante la mañana, que desaparece a medida que se hace de tarde. No sacamos mucha fotos ese día porque nuestros celulares no tenían carga, llevamos los cargadores pero la boca de los enchufes allá es distinta. 

Caminamos por varias playas, y nos mojamos un poco con el mar, pero no mucho porque el agua es helada, nada que ver con lo que uno esta acostumbrado de Mar del Plata, Pinamar o Villa Gesel. En el camino nos encontramos con una pareja de argentina, que también viajaba en moto, en un Motomel Motard 200, habían salido el día anterior y llegaron la misma noche que nosotros, aunque no tuvieron tanta suerte con la búsqueda de hospedaje, ellos no habían encontrado y durmieron por turnos en una garita de colectivo (uno dormida y el otro vigilaba la moto y el equipaje). 

Seguimos paseando, fuimos al mueso, a un mirador, y nos sacamos fotos con el famoso reloj de Viña del Mar. Luego fuimos a caminar por una calle tipo peatonal, esta llena de turistas, gente por todas partes, muchos negocios, muy lindo para ir con plata, hay de todo. 

Después de buscar bastante y entender los nombres que le ponen a los platos en Chile, conseguimos un lugar en donde almorzar. Cominos un sandwich grande de lomo con queso y una bandeja de hartas papas acompañado con una gaseosa, nos sobro 1/4, el sandwich era gigante y riquísimo. 

Luego de comer caminamos un poco y volvimos al hostal, llegada la tarde emprendimos la vuelta, no queríamos volver, pero no teníamos ropa, por la plata no había problema, aunque habíamos gastado mucho ya para una noche mas teníamos, pero ir sin nada preparado nos obligo a volver. 

La vuelta fue tranquila, muy poco transito en todo el camino, tanto del lado de chileno como del argentino. Llegamos a Uspallata todavía de tarde, pedimos una noche mas en Samadi, nos relajamos tranquilos el resto del día hasta que se hizo de noche, cenamos en el hostel y nos fuimos a dormir, contentos, y sin poder creer, que sin siquiera planearlo mucho, cumplimos la meta de conocer el pacifico, otro país, otra gente...  








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